Términos Literarios

ad hominem

I. ¿Qué es Ad Hominem?

Ad hominem en latín significa “contra el hombre”, y se refiere a la falacia lógica (error) de argumentar que alguien es incorrecto porque es poco atractivo, inmoral, extraño o cualquier otra cosa mala que se pueda decir sobre ellos como persona. Este es un error lógico (aunque puede funcionar) porque el carácter de una persona es irrelevante para saber si es correcta o incorrecta. Una “falacia lógica” es un error argumentativo y hay decenas de tipos.

II. Ejemplos de ad hominem

Ejemplo 1

Una estrategia popular en los debates casuales, donde el tema que se debate ni siquiera se aborda en absoluto. Digamos Andy y Bárbara están discutiendo si los extraterrestres existen o no. Andy dice: “La Tierra es sólo uno de los innumerables planetas del universo. Dado que muchos de esos planetas son similares a la Tierra, es casi ignorante suponer que no hay razas alienígenas de avance significativo”. Hay de Andy argumento. Bárbara responde: «¿No obtuviste una D en Astronomía?» Su defensa ignora de Andy lógica por completo. En cambio, pone en duda de Andy inteligencia y conocimiento. Eso puede parecer un buen punto, ya que la astronomía está relacionada con su punto, pero sigue siendo un error ad hominem porque lo único que realmente importa lógicamente es exactamente qué Andy dijo, no sus calificaciones.

tercero Tipos de ad hominem

a. Abusivo

Esta variedad de ad hominem es un “asesinato de carácter” directo del oponente, lo que socava su credibilidad (credibilidad) y estatus para la audiencia. Es común dar a entender que el hablante está loco, es inmoral o no tiene educación. La idea, por supuesto, es que si una persona está loca, malvada, estúpida o ignorante, es sensato no creerle. Sin embargo, si va a argumentar en su contra, ¡debe abordar sus argumentos!

b. Circunstancial

Este tipo de ad hominem es similar, pero no ataca la integridad del hablante. En cambio, se enfoca en la situación que rodea al sujeto para crear dudas. Por ejemplo, Megan quiere ir a cenar a un café caro, pero Laura se queja del menú demasiado caro. Un argumento circunstancial de Megan sería: “Bueno, no es mi culpa que estés arruinado”. Los fondos de Laura pueden darle una razón para quejarse, pero puede que no; Laura podría estar quejándose de que la comida no es lo suficientemente buena para justificar sus precios, en cuyo caso, Megan está haciendo un ataque circunstancial ad hominem en lugar de discutir el razonamiento de Laura.

C. Tu quoque

Tu quoque en latín significa «tú también» y es el equivalente a desviar un punto, o un ataque ad hominem, de vuelta a su origen. Cuando Laura se queja del sobreprecio de los menús de artículos en la cafetería, Megan podría decir: «¡No pareció importarte cobrarme veinte dólares por esos aretes de conchas marinas que hiciste!». En lugar de defender la calidad de los ingredientes o las reglas de fijación de precios, ataca a Laura por cobrarle de más por las joyas.

d. envenenando el pozo

Este ataque ad hominem consiste en decir algo para que la gente tenga prejuicios contra la posición de su oponente, sin abordar el argumento. Gerald y Mandy están discutiendo lugares para la recepción de bodas; Gerald quiere que sea en el viñedo de su tía y Mandy quiere que sea en la playa. Mandy podría decir: “Pero este matrimonio no es para esa tonta”, lo que socava el viñedo sin abordarlo. Del mismo modo, Gerald podría decir: «¿Solo quieres una gran fiesta hippie, en lugar de una recepción real?» que insulta la ubicación de la playa al asociarla con hippies.

IV. La importancia de ad hominem

Ad hominem es una falacia lógica que se usa muy a menudo en los medios, la política y el debate de la vida real. Puede que te convenzan los ataques ad hominem, pero si los miras de cerca, te darás cuenta de que están equivocados. Por eso es importante saber sobre ad hominem y otras falacias lógicas, para que no te engañen y puedas desviarlas de ti mismo en los debates. También puedes usarlos, por supuesto.

V. Ejemplo de ad hominem en la literatura

Posiblemente la obra literaria más popular para ilustrar este recurso retórico es la obra The Crucible, de Arthur Miller, sobre los juicios de brujas de Salem. En esta obra, varias jóvenes acusan a otros miembros de la comunidad de brujería. Usan insultos personales e información irrelevante sobre la vida hogareña de cada uno para influir en la opinión pública.

En este extracto, un funcionario de la corte (Cheever) le dice al juez Danforth que Proctor (quien defiende a los ciudadanos acusados) trabaja los domingos en lugar de asistir a la iglesia. El “Sr. Parris” que mencionan es el pastor de la iglesia:

Proctor: Yo… yo no siento ningún cariño por el señor Parris. No es ningún secreto. Pero Dios, seguramente, te amo.

Cheever: Él ara los domingos, señor.

Danforth: ¡Arar el domingo!

Cheever: Creo que es una prueba, John. Soy un funcionario de la corte. no puedo guardarlo

Proctor: Yo… he arado una o dos veces los domingos. Tengo tres hijos, señor, y hasta el año pasado mis tierras dan poco.

En esta escena, la honestidad del personaje de John Proctor es cuestionada no porque su historia sea inconsistente, sino porque ara el domingo, arrojando una sombra de duda sobre su piedad cristiana. Aunque el juez sigue diciendo que “no juzga nada”, también pasa por alto el testimonio de Proctor y dice que no tiene motivos para dudar de las acusaciones de las niñas. Por supuesto, Cheever ha utilizado aquí otra técnica engañosa al mismo tiempo, haciendo que el juez tema que si acepta el testimonio de Proctor, él (el juez) podría parecer un mal cristiano.

VI. Ejemplo de Ad Hominem en la cultura pop

Ad hominem aparece en televisión todo el tiempo en política, publicidad y debate. Un ejemplo sería la famosa línea de testimonio:

Él diría eso, ¿no?

– sea testigo de Mandy Rice-Davies durante el asunto Profumo, un escándalo que involucra a un político británico y su relación con una joven.

Ella está insinuando que el político es un mentiroso habitual (ad hominem) por lo que no se debe creer nada de lo que dice. Aunque esto puede parecer sensato, hay una buena razón por la que se supone que no debemos escuchar las falacias en los tribunales; solo podemos saber lo que es verdad a partir de la lógica y la evidencia.

VII.Términos relacionados

Falacia genética

Esta es la falacia genética es el subtipo de falacias lógicas a las que pertenece ad hominem. La falacia genética establece que la fuente de la declaración descalifica automáticamente la declaración de la consideración.

Culpa por Asociación

A veces, esta es una forma de ad hominem, en la que alguien o un argumento se juzga negativamente debido a que otros comparten la misma posición. Por ejemplo, si un político hace campaña a favor de la salud o la educación socializadas, siempre será acusado de comunismo, que tiene tan mala reputación en Estados Unidos por estar asociado con regímenes totalitarios en la URSS, China y Corea del Norte. No importa que toda Europa haya socializado la sanidad y la medicina.

Leo Riera Tercero

Muchos lo consideran uno de los mejores historiadores de su grupo, y desde sus primeras publicaciones, ha destacado por ser notable, y esto le ha ampliado su influencia en el estudio de la historia.

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