Cuándo y cómo escribir una alegoría
Cómo escribir una alegoría
- Comienza con la historia oculta. ¿Cuál es el mensaje subyacente que desea transmitir? Tal vez quieras explorar un evento histórico o expresar tus opiniones sobre una idea moral. Averigua cuál es tu tema y qué quieres decir al respecto.
- Rompe la historia oculta. ¿Cuáles son los personajes o aspectos más importantes de la historia oculta? Estos se convertirán en los principales personajes, escenarios y eventos de su alegoría.
- Elija un tema para la historia superficial y encuentre correlaciones. La historia superficial debe ser muy diferente de la historia oculta. La ciencia ficción y la fantasía funcionan muy bien para este propósito, ya que te dan rienda suelta para inventar un mundo que se adapte perfectamente a la historia oculta. Luego crea personajes, etc., para cubrir todos los elementos principales que enumeraste en el Paso 2.
Cuándo usar la alegoría
Las alegorías son excelentes para la escritura creativa: pueden proporcionar una gran cantidad de inspiración para un cuento, una novela o un poema épico. En muchos sentidos, las alegorías son más fáciles de escribir que las historias no alegóricas, porque ya tienes una «historia oculta» a partir de la cual construir. Por ejemplo, imagina que estás escribiendo una alegoría sobre la Revolución Americana. Si se atasca mientras escribe, todo lo que tiene que hacer es tomar un libro de historia e investigar un poco: pronto encontrará nuevos personajes, eventos y escenarios para incluir en su alegoría.
Las alegorías realmente no tienen ninguna función en los ensayos formales. En un ensayo, debe hacer que su argumento sea claro, directo y explícito, en lugar de usar símbolos o alegorías. Sin embargo, es posible que quieras escribir un ensayo sobre alegorías, que puede ser una excelente manera de interpretar una obra literaria. Si buscas una interpretación de una novela, puedes comprobar si funciona como alegoría de algún otro tema filosófico o acontecimiento histórico. Sin embargo, tenga cuidado de basar su argumento en el texto mismo y no modificarlo para que encaje en su alegoría.