Términos Literarios

Cuándo y cómo escribir una apología

Cómo escribir una apología

Hay dos estrategias básicas a seguir en una apología y, a menudo, se pueden usar simultáneamente. La primera es negar que hiciste lo que dicen tus acusadores; la segunda es admitir que lo hiciste, pero argumentar que no fue algo malo.

Negación

Imagine el siguiente intercambio (típico de la apologética cristiana):

Apologista: “Los cristianos tenemos fe en que Dios existe, aunque no podamos probarlo”.

Acusador: “¡Ja! ¡Esa es una creencia irracional! ¡Ustedes cristianos no están siendo lógicos!”

Apologista: “Al contrario, la lógica apoya nuestra fe.”

Esta es básicamente la conversación que inspira la apologética cristiana. De hecho, la mayor parte del campo es básicamente un esfuerzo por respaldar la última declaración a través de la lógica y la evidencia. Los detalles de los argumentos apologéticos cristianos no son importantes por ahora; lo importante para nuestros propósitos es notar que el apologista niega que sea culpable de irracionalidad.

Otra versión de esta estrategia sería aclarar, en lugar de negar estrictamente. En otras palabras, el apologista podría reconocer que las acusaciones son en cierto sentido verdaderas, pero no realmente verdaderas.

Justificación

Sigamos con el ejemplo cristiano e imaginemos una conversación ligeramente diferente:

Apologista: “Los cristianos tenemos fe en que Dios existe, aunque no podamos probarlo”.

Acusador: “¡Ja! ¡Esa es una creencia irracional! ¡Ustedes cristianos no están siendo lógicos!”

Apologista: “Eso es cierto, pero ¿es tan malo? La lógica no nos da todas las respuestas”.

Ha habido algunos apologistas cristianos que adoptaron esta línea de razonamiento. Conceden la afirmación fáctica de que su fe es ilógica y continúan defendiendo la validez de la creencia ilógica, señalando las limitaciones espirituales de la lógica humana.

Esta fue también la estrategia de Sócrates: nunca negó sus enseñanzas radicales, sino que las justificó.

Estrategias fallidas

A veces, una apología puede emplear una estrategia falaz (es decir, ilógica) en defensa de su autor. Esto es bastante común en la política, donde las personas frecuentemente tienen que defenderse en público de una variedad de acusaciones. Aquí hay una breve lista de falacias comunes que aparecen en las apologías: ¡tenga cuidado de evitarlas!

  • Ataque ad hominem: atacar a su acusador como persona en lugar de responder a la esencia de sus objeciones.
  • Apela a las emociones: si puedes hacer que las personas sientan odio, miedo o esperanza sin fundamento, puedes hacer que olviden fácilmente sus acusaciones en medio de una tormenta de emociones.
  • Caracterizar erróneamente la acusación: debe responder a las objeciones precisas que ha planteado su acusador. Es tentador presentar esas objeciones de la manera más débil posible, para hacer que su propio argumento parezca más fuerte, pero este es un razonamiento erróneo y no engañará a un lector inteligente.
  • Defensa Chewbacca: Este es un término humorístico para usar la confusión para escapar de la crítica. En lugar de defender sus ideas o acciones, simplemente bombardea a la audiencia con palabras confusas y oraciones enredadas hasta que ya no pueden seguir el argumento. Solo funciona cuando la audiencia siente que de alguna manera han sido burlados, pero eso es raro, e incluso cuando funciona, es una forma terrible de argumentar.

Cuándo usar apología

La apología es una característica de los argumentos formales; por lo tanto, es principalmente una característica de los ensayos formales, especialmente aquellos escritos contra un contraargumento específico. Sin embargo, hay algunas situaciones en la escritura creativa que podrían requerir una disculpa. En particular, si un personaje enfrenta acusaciones criminales o éticas, es posible que desee ofrecer una disculpa extendida. Sin embargo, tenga cuidado con su razonamiento, ya que esta apología le dará al lector una gran comprensión de la moralidad del personaje, particularmente si el personaje está empleando una estrategia de justificación. Si la justificación no es sólida o no es convincente, puedes hacer que tu personaje parezca inmoral accidentalmente (por el contrario, si quieres que el personaje parezca inmoral, entonces una justificación poco convincente puede funcionar muy bien).

Leo Riera Tercero

Muchos lo consideran uno de los mejores historiadores de su grupo, y desde sus primeras publicaciones, ha destacado por ser notable, y esto le ha ampliado su influencia en el estudio de la historia.

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